La coordinadora del último dossier de la revista Andalucía en la Historia, Eloísa Bernáldez, defendió el papel de las ciencias experimentales en el estudio del pasado en la presentación de la revista celebrada en la Casa de la Ciencia
La Casa de la Ciencia en Sevilla acogió ayer la presentación del número 87 de la revista Andalucía en la Historia editada por la Fundación Centro de Estudios Andaluces. Numeroso público acudió a este acto en el que se dio a conocer el último dossier ‘Las Ciencias del Pasado en la Historia. La Paleobiología’.
El acto contó con la bienvenida institucional de Margarita Paneque, como delegada del CSIC en Andalucía; y de Eduardo Ferrer, director del Consejo Editorial de Humanidades del Centro de Estudios Andaluces y catedrático de la Universidad de Sevilla. A continuación, el director de la revista Andalucía en la Historia, José Antonio Parejo, detalló cómo se gestó este dossier dedicado a la Paleobiología destacando que “Andalucía es una tierra que lidera la investigación en este campo”. En este monográfico “participan 22 investigadores procedentes de diferentes universidades y centros de investigación, con algunos de los especialistas más reconocidos en su campo a nivel internacional”.
Iniciada ya la presentación la coordinadora del dosier y responsable del Laboratorio de Paleobiología del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), Eloísa Bernáldez, defendió que “no puede haber fronteras entre las Humanidades y la Ciencia” destacando el trabajo conjunto e interdisciplinar que se realiza entre las diferentes especialidades y que es el leit motiv de este dossier. De hecho “el objetivo del monográfico es mostrar algunas de las contribuciones que las técnicas y disciplinas científicas y experimentales han aportado al conocimiento del pasado cultural y natural de Andalucía”.
En su intervención, Bernáldez repasó los artículos que se incluyen en el monográfico, que comprenden el estudio de 4,5 millones de años de la historia de nuestra tierra. Un fascinante recorrido, desde las huellas de homínidos y animales en las arenas de Doñana, con más de 200.000 años de antigüedad, hasta los últimos cocodrilos europeos y los conflictos entre humanos y hienas por el alimento en los yacimientos prehistóricos de Granada. El dosier incluye también artículos sobre cómo nuestros antepasados del Paleolítico reciclaban objetos naturales para adornarse o rendir culto, y cómo el análisis de huesos y conchas ayuda a reconstruir el entorno y las prácticas de domesticación en la desembocadura del Guadalquivir. El legado milenario del caballo andaluz y la importancia histórica del olivo se suman a esta visión integral del pasado a través de restos arqueológicos.
Además, la coordinadora destacó también cómo la aplicación de ciencias experimentales como la genética o la química permite reconstruir con precisión aspectos cotidianos de otras épocas. Así, se revelan los gustos refinados en la gastronomía romana a través de su industria de productos marinos, y el comercio transatlántico de alimentos durante la Edad Moderna, rastreado gracias al análisis de restos orgánicos hallados en las profundidades del puerto de Cádiz.
Precisamente en este último tema se centró Milagros Alzaga García, jefa del Centro de Arqueología Subacuática del IAPH, y autora de un artículo del dossier titulado ‘Navegando se hace Historia’. En su exposición detalló los hallazgos encontrados en el yacimiento denominado Pecio Delta II, constituido por los restos de una embarcación del siglo XVI. La aplicación de las ciencias experimentales “ha permitido ampliar nuevos conocimientos sobre cuestiones diversas que esconde la embarcación como el origen de las maderas con la que se construyó, el ADN de los restos de animales que se han encontrado y el origen y características de las aceitunas en salmuera que contenían las botijas”.